El virus coronado ha trastocado nuestras vidas… y eso no es lo más grave: ha provocado la enfermedad en más de ciento sesenta mil personas en el mundo (a día de hoy) y segado la vida de mas de seis mil (también a día de hoy). Y leo que en España se han duplicado los fallecimientos, también en el día de hoy.
Tanto los diarios como las páginas de recomendaciones sanitarias nos han explicado exhaustivamente lo que se conoce de este nuevo virus ARN, en el límite de la vida pero con tamaño potencial dañino, aparecido como de la nada y que nos ha llevado a una situación distópica de serie de ficción.
El efecto que tendrá en la economía lo desconozco, pero de pura lógica parece devastador.
¿Y el efecto sobre la salud mental de las personas? Se ha especulado y escrito pero ya los iremos viendo: cuando menos inquietud, zozobra, percepción de inseguridad, temores, posiblemente cuadros de ansiedad, estrés postraumático y también algún cuadro de depresión.
También hoy he recibido un vídeo del decano de la Facultad de Medicina de mi alma máter, el Dr. Secundino Fernández. A través del documento quiere dar soporte a todos los médicos que estudiamos allí con un mensaje de soporte en estos duros momentos para la sanidad (y especialmente para los enfermos). Pero del mensaje me ha llegado especialmente la reflexión del porque estudiamos Medicina y aplicándolo a mi porque me especialicé en Psiquiatría.
Aquí sigo.