Hace unos meses, investigadores de la Universidad de Helsinki publicaron un artículo acerca de los efectos de la depresión en la percepción visual.
Los pacientes con depresión suelen referirse -metafóricamente hablando- a su percepción de la realidad y del futuro como “si lo vieran todo negro”, “estar viviendo dentro de un túnel y no ver la salida” o imágenes similares. Pues bien, al margen de la analogía, parece ser que el propio sentido de la vista no procesa completamente bien la información.
En el estudio aludido se comparó el procesamiento de la información visual de los pacientes con depresión con el de un grupo control mediante la utilización de dos pruebas visuales: en dichas pruebas de percepción, los sujetos del estudio compararon el brillo y el contraste de patrones simples.
Para sorpresa de los propios investigadores y según sus palabras:
“Los pacientes con depresión percibieron el contraste de las imágenes de manera diferente a las personas que no padecían depresión” (Dr. Salmela, responsable de la investigación).
Identificar los cambios en la función cerebral que subyacen a los trastornos mentales es importante para comprender mejor la aparición de estos trastornos y cómo desarrollar terapias efectivas para ellos. Asimismo, si se replican estos resultados podrían utilizarse las pruebas de percepción como herramienta adicional para evaluar el efecto de los tratamientos a medida que avanza este.