“Morir, dormir… ta vez soñar, y pensar que con el sueño damos fin al pesar del corazón y a los mil sobresaltos naturales que constituyen la herencia de la carne…” Hamlet, Acto III, escena primera, William Shakespeare
La palabra sueño proviene del vocablo latino sommus, de donde se derivan somnífero, somnoliento y sonánbulo, y designa el acto de dormir. El sueño es quizá uno de los bienes más preciados del ser humano, cuando tenemos una gran preocupación decimos que “nos quita el sueño” y a la inversa cuando no queremos darle importancia a algo “esto no me quita el sueño”. Con la palabra sueño, y especialmente en plural, sueños, designamos aquellos anhelos más íntimos, algo que deseamos intensamente o queremos alcanzar, ya sea a través de nuestro esfuerzo o que nos venga dado.
Pues bien, pero el sueño o mejor dicho el acto de dormir, no es algo uniforme, sino que también tienen sus estados y fases, que se definen según patrones característicos que se observan mediante el electroencefalograma (EEG) el electrooculograma (EOG, que es una medición de los movimientos oculares) y el electromiograma de superficie. El registro de estos parámetros electrofisiológicos para definir los estados de sueño y de vigilia se denomina polisomnografía.
Y a través de estos perfiles se describen dos estados del sueño:
- Sueño sin movimientos oculares rápidos (sueño no MOR, o NMOR; NREM en inglés), en él a su vez diferenciamos tres fases:
- Fase de sueño ligero. Se trata de la Fase I del NMOR (fase del sueño ligero) es la transición desde la vigilia al sueño; se reconoce por la desaparición del patrón regular α (alfa, de amplitud de onda alta y regular, de 8 a 13 Hz) y la instauración de la onda θ (theta, de un patrón de amplitud baja y de frecuencia mixta, predominantemente en el intervalo de 2 a 7 Hz), con movimientos oculares lentos «en balancín».
- Fase II del NMOR se define por la aparición de complejos K y de husos de sueño superpuestos a una actividad de base similar a la del estado 1. Los complejos K son descargas lentas, negativas (hacia arriba) y de amplitud elevada que se continúan inmediatamente después por una deflexión positiva (hacia abajo). Los husos de sueño son descargas de alta frecuencia de corta duración que presentan una amplitud característica con subidas y bajadas. No hay actividad ocular y el EMG da un resultado similar al estado 1.
- Fase III (que antes se dividía en III y IV) es la fase de mayor profundidad del sueñose caracteriza por ser un sueño de entre 20% a % de actividad δ (delta, de amplitud elevada, > 75 microV, y de 0,5 a 2 Hz). Los husos del sueño pueden persistir y sigue sin haber actividad ocular. La actividad del EMG permanece en un nivel reducido y de alto voltaje, que comprende al menos el 50% del registro. La fase III del NMOR se denomina sueño de ondas lentas (SOL), sueño delta o sueño profundo.
- Sueño de movimientos oculares rápidos (MOR; REM en inglés), o fase IV del sueño, conocido también como sueño paradójico, sueño desincronizado o sueño D, se caracteriza por un EEG de baja amplitud y de frecuencia mixta similar al de la fase I del NMOR. Se producen brotes de actividad más lenta (3 a 5 Hz) con deflexiones negativas superficiales («ondas en diente de sierra») que se superponen con frecuencia a este patrón. El EOG da muestras de movimientos oculares rápidos similares a las que se observan cuando la persona permanece despierta y con los ojos abiertos. La actividad del EMG permanece ausente, un reflejo de la atonía muscular completa de la parálisis motora descendente característica de este estado. En esta etapa se presentan las ensoñaciones (fase onírica). Es habitual que se presenten de 4 a 6 periodos de sueño MOR durante la noche.
“Creí escuchar una voz que me decia: Macheth, tú no puedes dormir, porque has asesinado al sueño.» ¡Perder el sueño, que desteje la intrincada trama del dolor, el sueño, descanso de toda fatiga: alimento el más dulce que se sirve á la mesa de la vida. Macbeth, Acto II escena II. W. Shakespeare
Y el enemigo del sueño: EL INSOMNIO
El insomnio es un trastorno del sueño muy frecuente. A su vez puede definirse en insomnio de conciliación, de fragmentación o despertar precoz. Como consecuencia el sueño tiene poca calidad y existe la posibilidad de que no se encuentre descansado al levantarse.
El insomnio puede ser agudo (de corta duración) o crónico (de larga duración). El insomnio agudo es muy frecuente. Las causas más frecuentes incluyen estrés en el trabajo, presiones familiares o un evento traumático. Por lo general, dura días o semanas.
El insomnio crónico dura más de un mes. La mayoría de los casos de insomnio crónico son secundarios. Esto significa que son el síntoma o el efecto secundario de algún otro problema, como ciertos problemas médicos, psiquiátricos, uso de sustancias como la cafeína, el tabaco y por supuesto otro tipo de drogas como la cocaína o las anfetaminas. Asimismo, los horarios laborales con cambios frecuentes de turno pueden hacer que se presente o se mantenga este problema.