Desde siempre se ha dicho, escrito, publicado y admitido que las mujeres son más susceptibles al estrés que los varones y que las consecuencias de dichas circunstancias estresantes devienen en síndromes depresivos. Es decir, al margen de la fuerza física, parecía que en cuanto la tolerancia a la adversidad la mujer era también el “sexo débil”.
Pero esta idea hay que revisarla, ya que apoyándonos en investigaciones recientes se pone en duda este prejuicio basado en los roles de género. En el citado estudio de tipo longitudinal, realizado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Michigan, se hallarlo datos muy interesantes, el investigador principal era el Dr. Shervin Assari.
Se evaluó el efecto de los acontecimientos estresantes que vivieron los participantes entre 1984 y 1986. Pasados 25 años se volvió a contactar a los sujetos para conocer su estado de salud a través de un test estandarizado. Se evaluaron las variables demográficas, socioeconómicas, los síntomas depresivos, las enfermedades crónicas, conductas de salud y otras variables, pero el foco de atención estuvo sobre el género y la raza. Completaron el estudio más de mil personas (concretamente 1129).
Los resultados demostraron, contradiciendo la explicación tradicional, que el género masculino fue un factor predictivo a la hora de medir los efectos del estrés en la calidad del vida de los participantes. En otras palabras, los varones eran más propensos a sufrir de los efectos del estrés.
Esto permite interpretar que los roles de género en el varón reducen las probabilidades de que los hombres soliciten apoyo en sus familiares y profesionales de salud cuando atraviesan por dificultades en la vida.
Por tanto se podría concluir que ser varón y sufrir acontecimientos vitales estresantes en un momento de la vida puede incrementar el riesgo de padecer depresión más adelante.
El estrés es una respuesta natural del cuerpo cuando se enfrentan algunas situaciones adversas, la cual puede manifestarse de diversas maneras tanto en los ámbitos físico y emocional. Las más frecuentes son la tensión motora, la preocupación permanente y el cansancio. Sin embargo, existen ciertos síntomas del estrés que se manifiestan predominantemente en hombres:
- En un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pennsylvania
hallaron que el estrés en los ratones preadolescentes y machos adultos indujo una marca epigenética en sus espermatozoides que reprogramaron el eje hipotalámico-pituitario-suprarrenal (HPA) de su descendencia, una región del cerebro que gobierna las respuestas al estrés. Aunque se trate de un estudio de experimentación animal, nos puede alertar de que el estrés también podría causar un cambio genético duradero en el espermatozoide de los humanos.
- Debido a la afectación en el material genético en los espermas, el estrés pueden ocasionar ciertos rasgos asociados con varios trastornos mentales en los hijos de padres con síntomas de estrés, según el anterior estudio referido.
- De acuerdo con lo publicado por investigadores de la Mayo Clinic, la tensión generada por el estrés crónico puede conducir a la alopecia y tricotilomanía (manía por arrancarse el pelo) en los hombres, lo que se traduce en la pérdida constante de cabello.
- En los varones, las situaciones de estrés producen sensación de inutilidad, culpa y desesperanza. Generalmente estos sentimientos generan un gran vacío emocional con autocompasión y aislamiento.
- Los hombres son más sensibles que las mujeres a la acción de la adrenalina, por lo que si por los estímulos de estrés se genera un incremento de la producción de esta sustancia, los varones tienen menos recursos frenar el enfado o la cólera y se pueden producir cambios bruscos del humor. A esto se suma que cuando un varón está estresado un hombre, aumentan sus niveles de testosterona y se bloquea la oxitocina, que es clave para la relajación, tal y como explican investigadores de la Universidad del Sur de California.
- De acuerdo con Mika Kivimäki, del Departamento de Psicología de la Universidad de Helsinki, el hombre es más susceptible a reducir su buena salud disminuyendo su esperanza de vida (con la consiguiente muerte prematura) conforme presenta mayores niveles y síntomas del estrés. Ello se hace además muy evidente en personas adultas que pierden a su pareja.
Y para ilustrar con un poquito de humor el estrés masculino cotidiano, veamos el vídeo que el Instituto de Salud Pública de México ha elaborado para divulgación entre los profesionales de la salud (válido para hombres y mujeres, claro está):