El otoño, la belleza del tiempo amarillo

Según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional, dependiente del Instituto Geográfico Nacional (que decimonónicas suenan estas instituciones, probablemente tengan su origen en el siglo XIX…) el otoño de 2014 se iniciará en el Hemisferio Norte el martes 23 de septiembre a las 4h 29 minutos (hora peninsular, como siempre una hora menos en Canarias). La estación durará 89 días y 20 horas, y concluirá el 22 de diciembre con el comienzo del invierno.
Sin embargo, parece que el calor del verano no nos quiere abandonar. Pero sí, llega el otoño, y aunque no lo notemos en la temperatura, todos hemos apreciado con nostalgia como los días se acortan. La mayoría han acabado las vacaciones, los niños han vuelto al colegio, vuelta a las rutinas …

Otoño: soledad en el muelle

La relación entre el otoño y los estados de ánimo es de sobra conocida, y parece estar científicamente bien documentada. Se ha demostrado que en un porcentaje de la población presenta cierta desincronización entre algunos sistemas neurofisiológicos y los ritmos diarios de luz-oscuridad, que, en otoño cambian sustancialmente con respecto a los del verano.
A este cuadro se le denominó “Trastorno afectivo estacional”. La prevalencia del cuadro en su forma depresiva, varía en función de los estudios, pero en algunos alcanza hasta el 9% de la población general, siendo más elevada esta prevalencia en latitudes norte altas y también es variable en función de los grupos étnicos.

El Trastorno Afectivo Estacional,afecta más a las personas que viven en altas latitudes del norte
No obstante, existe cierta controversia sobre si se trata de una entidad clínica independiente, o bien una especificación sobre factores desencadenantes y de evolución de cuadros clínicos ya establecidos, que afectaría a diversos trastornos del estado de ánimo, como el Trastorno Bipolar en sus subtipos I y II, o el Trastorno Depresivo Mayor, recidivante.
En nuestras latitudes, no sufrimos cambios tan drásticos con respecto al número de horas de luz y sol, pero a pesar de ello el otoño es una estación melancólica.

Alegoría del Otoño
Así lo han entendido también los poetas:
“Canción de Otoño”

Los sollozos más hondos

del violín del otoño

son igual

que una herida en el alma

de congojas extrañas

sin final.

Tembloroso recuerdo

esta huida del tiempo

que se fue.

Evocando el pasado

y los días lejanos

lloraré.



Este viento se lleva

el ayer de tiniebla

que pasó,

una mala borrasca

que levanta hojarasca

como yo.

La hojarasca
Este poema es de Paul Verlaine (1844-1896), poeta francés perteneciente al movimiento simbolista.
La pintura «Coin de table» de Henri Fantin-Latour de 1872. Verlaine, en el extremo de la mesa, a su lado un joven Rimbaud
Verlaine uno de los llamados “poetas malditos” vivió una vida complicada y trágica, marcada primero por su homosexualidad encubierta, su alcoholismo, la turbulenta relación que vivió con el joven  poeta Arthur Rimbaud, por el que abandonó a su familia, y al que llegó a disparar en la muñeca estando borracho -sin graves consecuencias- por lo que fue condenado a prisión durante dos años. Más tarde se convirtió momentáneamente al catolicismo; Verlaine vivió los últimos años de forma miserable, enfermo y alcoholizado, a pesar de que en 1894 debido a su gran popularidad se le designó “Príncipe de los Poetas”.

Verlaine, fotografiado en 1895

Murió prematuramente envejecido en París, a los 51 años. Se cuenta que al paso del coche fúnebre que transportaba su féretro la estatua dedicada a la Poesía, ubicada en la Plaçe de la Opera de París, se rompió perdiendo un brazo junto con la lira que sujetaba.



La denominación de “poeta maldito” proviene de un libro de ensayos del propio Paul Verlaine, que publicó en 1884  y corrigió en 1888, “Les Poètes maudits”. En esta obra se honra a seis autores entre ellos a su amante Rimbaud y al propio Verlaine, al que denomina bajo el nombre ficticio de Pauvre Lelian (en realidad es un anagrama de su nombre).
Verlaine exponía que el genio creador de cada uno de ellos había sido también su maldición, alejándoles de los demás, diferentes con respecto a la sociedad de su época, con vidas trágicas, entregados a tendencias autodestructivas, todo ello como consecuencia de sus dones literarios.
Ruben Darío, también se le llamó
«Príncipe de las Letras» en su caso castellanas
A pesar de su “malditismo” la influencia de Verlaine fue enorme entre sus contemporáneos, y se acrecentó tras su muerte. En la poesía escrita en castellano, no se entiende el modernismo sin la figura de Verlaine.
La obra de grandes poetas del ámbito hispánico como Rubén Darío, Manuel Machado, José Martí y Pablo Neruda está altamente influenciada por la del poeta francés. Veamos el “Poema de otoño” de Rubén Darío (1867-1916), ya que también se aprecia la alegoría al tiempo ya pasado y probablemente perdido, como en el poema de Verlaine.

Tu, que estás la barba en la mano
meditabundo,
¿has dejado pasar, hermano,
la flor del mundo?

Te lamentas de los ayeres 

con quejas vanas: 

¡aún hay promesas de placeres 

en los mañanas! 

Aún puedes casar la olorosa 

rosa y el lis, 

y hay mirtos para tu orgullosa 

cabeza gris. 



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