Me pregunta una alumna de Bachillerato acerca de la psicopatía, para el Treball de Recerca. Lo que le he respondido aquí queda.
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¿Cómo definiría la psicopatía y los rasgos distintivos de esta condición?
La psicopatía es una condición de salud mental caracterizada por un comportamiento antisocial persistente, con escasa o nula empatía y falta de remordimiento. Habitualmente acompañado de rasgos de audacia, desinhibición y egoísmo.
A lo largo de la historia de la psicología se han utilizado diferentes concepciones de la psicopatía, que solo se superponen parcialmente y en ocasiones pueden llegar a ser contradictorias. Vamos a considerar algunas de las visiones del término a lo largo del tiempo.
El término psicopatía introducido a principios del siglo XIX inicialmente tenía un significado muy general que se refería a todo tipo de trastornos mentales y aberraciones sociales. Fue Emil Kraepelin (1856-1925) quien creó una clasificación de las enfermedades mentales publicada en 1883, y que siguió perfeccionando hasta su octava edición. Dicha clasificación fue la primera sobre la que se asentó el conocimiento psiquiátrico (incluso el previo).
En esta clasificación Kraepelin introdujo el concepto de “estados psicopáticos” y luego propone también el término de “personalidad psicopática” para referirse a aquellas personalidades alteradas o bien por aspectos hereditarios negativas o por otras influencias físicas tempranas del desarrollo, remarcando que esta condición era parte de un proceso irreversible, advirtiendo asimismo que los psicópatas no se encontraban recluidos dentro de los sanatorios mentales, ni tampoco se circunscribían exclusivamente al submundo delincuencial. Algo más tarde, el término “inferioridad psicopática” fue popularizado en Alemania a partir de 1891, debido a los estudios de Koch.
En 1923, Kurt Schneider (1887-1967), otro psiquiatra alemán y discípulo de Kraepelin, en su obra Las personalidades psicopáticas, señala que los psicópatas no sólo se hallaban en las prisiones e institutos psiquiátricos, sino en toda la sociedad, ya que muchas veces eran personas que tenían éxito en los negocios y en la vida social mundana, ostentando incluso posiciones de poder en la política. De este modo se separa el término psicopatía de la delincuencia -ya que un sujeto psicópata no necesariamente es un delincuente- y se diferencia de la definición sociológica funcional.
Sin embargo, fue en 1941 cuando el psiquiatra norteamericano Harvey Cleckley dio la primera exposición detallada de la psicopatía en su obra La máscara de la cordura, en la que desarrolla un tratado extraordinario sobre el tipo de psicópata no criminal, es decir, proporcionando una diferenciación entre psicópatas funcionales y psicópatas criminales, y definiendo sus rasgos esenciales:
- Encanto superficial e inteligencia normal.
- Ausencia de delirios y otros signos de pensamiento irracional.
- Ausencia de nerviosismo y manifestaciones psiconeuróticas (ansiedad, por ejemplo).
- Falsedad e insinceridad.
- Incapacidad para experimentar remordimiento o vergüenza.
- Conducta antisocial irracional.
- Falta de juicio o dificultad para aprender de la experiencia.
- Egocentrismo patológico o incapacidad de amar.
- Pobreza en las relaciones afectivas.
- Pérdida específica de la intuición “insight” (percepción o entendimiento interno) y/o comprensión social.
- Poca respuesta a las relaciones interpersonales.
- Conducta desagradable y exagerada, a veces con consumo exagerado de alcohol.
- Amenazas de suicidio no consumadas.
- Vida sexual impersonal, frívola y poco estable.
- Dificultad para seguir cualquier plan de vida
En la obra de Cleckley y de su principal discípulo el psiquiatra Robert Hare se presenta al psicópata como una persona con una inteligencia intacta, pero con una conciencia moral menoscabada, qué no obstante puede imitar los valores y sentimientos humanos sutiles, pero faltando las emociones asociadas a ellos. Más concretamente Hare (1998) define al psicópata de la siguiente manera:
“…un depredador de su propia especie que emplea el encanto personal, la manipulación, la intimidación y la violencia para controlar a los demás y para satisfacer sus propias necesidades egoístas. Al faltarle la conciencia y los sentimientos que lo relacionan con los demás, tiene la libertad de apropiarse de lo que desea y de hacer su voluntad sin reparar en los medios y sin sentir el menor atisbo de culpa o arrepentimiento (Hare, 1998, Sin conciencia).
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¿Cuáles son los posibles factores que contribuyen al desarrollo de la psicopatía en un individuo?
En realidad, no se sabe a ciencia cierta, cuales son los factores determinantes para el desarrollo de la psicopatía.
–En cuanto a rasos de personalidad:
- La audacia. Es decir, individuos con bajo temor, tolerancia al estrés, tolerancia a la falta de familiaridad y al peligro, alta confianza en uno mismo y asertividad social.
- Desinhibición. Es decir, el control deficiente de los impulsos, incluidos problemas de planificación y previsión, así como falta de control de los afectos, demanda de gratificación inmediata y restricciones conductuales deficientes.
- Falta de empatía y vínculos estrechos con los demás, desprecio por dichos vínculos estrechos, uso de la crueldad para obtener empoderamiento, tendencias explotadoras, desafío a la autoridad y búsqueda destructiva de excitación.
–Incidencia del trauma en la infancia:
La psicopatía es un trastorno de la personalidad de dimensiones afectivas, interpersonales y conductuales que comienza en la infancia y se manifiesta como acciones agresivas al comienzo o al final de la adolescencia.
El trauma infantil afecta la vulnerabilidad a diferentes formas de psicopatología y rasgos asociados a ella. Las conductas de los padres como el rechazo, el abuso, la negligencia o la sobreprotección muestran alguna relación con el desarrollo de rasgos psicopáticos perjudiciales.
Por ejemplo, la desinhibición media la relación entre el abuso físico y dos componentes de la personalidad psicopática (desviación social y afectivo interpersonal): el abuso sexual está directamente correlacionado con el factor de desviación social mientras que el abuso físico se correlaciona con el factor afectivo interpersonal, según diferentes estudios.
Los defensores de un modelo triárquico creen que la psicopatía resulta de la interacción de predisposiciones genéticas y un entorno adverso. Ahora bien, lo que es “entorno adverso” puede diferir extraordinariamente, planteándose la hipótesis de que las personas con mucha audacia pueden responder mal al castigo y no realizar aprendizajes sociales.
Hare (en distintos trabajos desde 1990 hasta 2010) examinó la vida familiar de algunos psicópatas, aunque no encontró nada significativo en ello. Si bien es cierto en alguno de ellos la infancia se caracterizaba por carencias emocionales y materiales o abusos físicos, por cada uno de los psicópatas adultos con una infancia penosa, encontramos otro con una vida hogareña aparentemente cálida, con familiares normales, capaces de amar y cuidar a los demás. Más aún, la mayoría de los que han tenido infancias terribles no se convierten en psicópatas o asesinos.
-Diferencias de género:
También se han observado diferencias de género en la psicopatía. Por ejemplo, los rasgos de personalidad psicopáticos y antisociales son mas notorios en los hombres, mientras que los rasgos de personalidad histriónicos lo son más frecuentes y evidentes en mujeres.
- ¿Cuáles son los signos y síntomas principales que pueden indicar la presencia de psicopatía en una persona?
Creo que se han descrito (al menos aproximadamente) en las preguntas anteriores, pero podemos ser algo más minuciosos, atendiendo a los criterios diagnósticos actuales.
El DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Estados Mentales – APA, 2013), señala los siguientes criterios para el trastorno de personalidad antisocial:
- Patrón dominante de inatención y vulneración de los derechos de los demás, que se produce desde antes de los 15 años de edad, y que se manifiesta por tres (o más) de los siguientes hechos:
- Incumplimientos de las normas sociales respecto a los comportamientos legales, que se manifiesta por actuaciones repetidas que son motivo de detención.
- Engaño, que se manifiesta por mentiras repetidas, utilización de alias o estafa para provecho o placer personal.
- Impulsividad o fracaso para planear con antelación.
- Irritabilidad y agresividad, que se manifiesta por peleas o agresiones físicas repetidas.
- Desatención imprudente de la seguridad propia o de la de los demás.
- Irresponsabilidad constante, que se manifiesta por la incapacidad repetida de mantener un comportamiento laboral coherente o cumplir con las obligaciones económicas.
- Ausencia de remordimiento, que se manifiesta con indiferencia o racionalización del hecho de haber herido, maltratado o robado a alguien.
- El individuo tiene como mínimo 18 años.
- Existen evidencias de la presencia de un trastorno de la conducta con inicio antes de los 15 años.
- El comportamiento antisocial no se produce exclusivamente en el curso de la esquizofrenia o de un trastorno bipolar.
Como resumen se podría decir que la característica esencial es un patrón general de desprecio y negligencia de los derechos de los demás que se inicia en la infancia o adolescencia temprana y se mantiene en la vida adulta.
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¿Existen estrategias de prevención para reducir la aparición de la psicopatía en la sociedad?
La prevención de la psicopatía es un asunto complejo, por no decir casi imposible.
Como esta psicopatología comienza a manifestarse en la niñez, sería recomendable que los progenitores estuvieran muy atentos a comportamientos de los hijos que pudieran entrar en el terreno de una excesiva audacia, una falta de empatía, la impulsividad y la desinhibición conductual. Por ejemplo, el acoso o bulling -ejercido no sufrido-, los engaños recurrentes, hurtos, en definitiva, todo aquello que se cataloga bajo el epígrafe de trastorno de conducta
Asimismo, está claro que la educación es una tarea parental, familiar, escolar y social. La transmisión de valores éticos, el respeto a los demás y a las diferencias, el apego emocional sin convertir al niño en el centro del universo (y que se lo crea y lo interiorice) son aspectos que deben cuidarse extraordinariamente en etapas tempranas… y no pensar que algunas conductas que apuntan hacia el desdén hacia los otros “son cosas de niños”.
Desde una perspectiva más amplia, no quisiera ser pesimista y afirmar de manera contundente que el conjunto de la sociedad no fomenta valores éticos y de convivencia. Sin embargo, se podría estar de acuerdo en que en ocasiones se ensalzan conductas que no son socialmente positivas, se tiende a la exhibición de aspectos muy superficiales qué, por imitación o deseo, pueden confundir a los jóvenes en sus aspiraciones.
Socialmente se debería propiciar un recurso más fuerte a la hora de realizar la prevención de este tipo de trastorno, que consiste en un cambio a nivel social, reintegrando una verdadera conciencia moral. En el origen de la psicopatía destaca un determinado cambio social que ha hecho que en las últimas décadas se pierdan o se trivializan o desvirtúen valores éticos y morales. La lucha por la competitividad (el más guapo, el más fuerte), el hedonismo, el narcisismo denodado, el individualismo, la impaciencia del éxito… todo ello ha fomentado algunas características psicopáticas encumbrándolas incluso como adaptativas de esta nueva era.
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¿Crees que la psicopatía va asociada a conductas delictivas?
Si, naturalmente. Con los rasgos de personalidad psicopática que hemos mencionado es más fácil “delinquir”.
Este tipo de trastorno de la personalidad está íntimamente ligado con la conducta criminal. Las personas que padecen psicopatía, conocidos son capaces de cometer actos delictivos graves como agredir o matar a otras personas sin sentir culpa o arrepentimiento.
Si bien tratará de lograr sus objetivos a través de la manipulación y el engaño, un psicópata, debido a su elevada impulsividad, puede no dudar en utilizar la violencia para conseguir sus propósitos.
Según los expertos, el hecho de padecer un trastorno psicopático de personalidad predispone en mayor medida a la criminalidad, sin embargo, esta mayor probabilidad no determina o aboca a una persona a cometer un crimen violento o sangriento. Por ejemplo, pueden existir personalidad psicopáticas -audaces, desinhibidas y mezquinas- que se encuentren bien integrados en nuestra sociedad, y que incluso puedan alcanzar un determinado nivel de éxito personal y profesional. Es decir, si cometen una ilegalidad, será un delito de “guate blanco” en el que no sea la violencia la forma en que se exprese éste, sino el engaño, la estafa o la seducción, para obtener un beneficio, normalmente económico o de poder.
En el otro arco de la psicopatía, podemos hallar personas violentas o con proclividad a la violencia, pero que curiosamente cumplen un “código ético” determinado dentro de su grupo (el ejemplo más claro serían las organizaciones criminales como la mafia, yakuza, y las organizaciones terroristas). El individuo en cuestión estaría bien integrado en su grupúsculo social y cumpliría las “normas sociales” de este; pero dicho grupo funciona como un todo psicopático/sociopático que está enfrentado a la sociedad.
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¿Cuál es la relación entre la genética y la psicopatía? Aspectos neurobiológicos.
Los estudios realizados sobre la genética de la psicopatía no son completamente concluyentes, aunque apuntan al hecho de que existan algunas influencias genéticas y epigenéticas moderadas.
El dominio intrépido y la antisocialidad impulsiva estaban igualmente influidos por factores genéticos que a su vez no estaban correlacionados entre sí. Un estudio reciente realizado en un grupo grande de niños encontró más del 60% de heredabilidad para los «rasgos de insensibilidad y escasa emocionabilidad» y que el trastorno de conducta entre los niños con estos rasgos tiene una mayor heredabilidad que entre los niños sin estos rasgos.
En resumen:
- La psicopatía se presenta por interacciones complejas entre aspectos psicosociales y neurobiológicos, que todavía no están totalmente esclarecidas.
- Los estudios de imagen, neuropsicológicos y neuro funcionales han mostrado compromiso de la corteza orbitofrontal, el hipocampo, la amígdala, el núcleo estriado, el cíngulo, el cuerpo calloso y el hipotálamo.
- Varios sistemas hormonales están asociados a la psicopatía con mecanismos posiblemente mediados por la serotonina, cuyo funcionamiento parece estar disminuido. También existen hallazgos que sugieren alteraciones en los sistemas dopaminérgicos y noradrenérgicos.
- La psicopatía tiene un componente genético, el cual se ha demostrado en estudios de adopción y con gemelos, y se ha asociado a polimorfismo en los genes que codifican para la triptófano-hidroxilasa, el transportador de serotonina, los receptores 5-HT1B, 5-HT2A y 5-HT2C y los receptores de dopamina de los tipos 2 y 4.
- Sin embargo, los hallazgos han sido contradictorios y generalmente se han encontrado relacionados con los trastornos por consumo de alcohol y la drogodependencia.
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¿Hay algún tratamiento efectivo para la psicopatía y cuál es su enfoque principal?
Sencilla y llanamente, no. Obtener un cambio de comportamiento en este tipo de personas es tarea difícil y generalmente descorazonadora. Los tratamientos habituales se han demostrado incompetentes en la mayoría de las ocasiones.
El fracaso estriba en la propia estructura de estas personalidades. El psicópata, no ve incorrecta su conducta y por tanto existe muy poca motivación al cambio, salvo que se encuentre en algún apuro “superior”, con lo que su adherencia a tratamiento o a una psicoterapia pueden estar condicionadas por zafarse de alguna responsabilidad (familiar, social o legal).
A nivel común se han empleado tanto terapia cognitivo-conductual, la terapia conductual, la terapia familiar o interpersonal y la terapia ambiental. Sin embargo, la posibilidad de éxito o mejoría es muy baja.
El fracaso estriba en la propia estructura de estas personalidades. El psicópata, no ve incorrecta su conducta y por tanto existe muy poca motivación al cambio. Asimismo, la falta de angustia y la poca capacidad de planificación a largo plazo tampoco facilitan la búsqueda de ayuda psicoterapéutica, salvo que la persona en concreto se encuentre en algún apuro “superior”, con lo que su adherencia al tratamiento o a una psicoterapia pueden estar condicionadas por zafarse de alguna responsabilidad (familiar, social o legal).
Otro aspecto que puede fallar en la relación de la terapia es que exista una carencia absoluta del lazo afectivo entre paciente y terapeuta. Al no contar con una recompensa inmediata y dada la impulsividad de estos pacientes y los largos períodos precisos para obtener beneficios, es complicado que se cree una adherencia a la terapia.
No obstante, se han intentado abordajes, sobre todo en individuos muy jóvenes, como la terapia de medio, obteniéndose algunos resultados si se extraía al sujeto de su medio familiar y se creaba un ambiente de tratamiento continuo, en el que todo el equipo terapéutico se hallaba perfectamente combinado.
En casos de adultos, la colaboración del individuo y del medio será muy escasa y, además, no siempre hay una conciencia permanente de anomalía caracterial.
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¿Cómo aborda la gestión de personas con psicopatía en entornos clínicos y penitenciarios?
No puedo responder a eta pregunta, porque afortunadamente para mí, nunca he trabajado en medio penitenciario, salvo en casos aislados en los qué durante la realización de la especialidad, en el hospital se tuviera que atender a pacientes trasladados de la cárcel o comisarias. Normalmente en estos casos, las demandas eran debidas a trastorno por consumo de sustancias.
En un entorno de asistencia ambulatoria, si que se atienden pacientes que puedan tener rasgos psicopáticos de personalidad. Pensemos, que hay sujetos, aparentemente bien adaptados a la sociedad y que también presentan estos rasgos. Si consultan, suelen ser por algún tipo de síntoma que les produzca molestias, y pueden requerir alguna ayuda farmacológica. La bajísima introspección y escasa conciencia de alteración suele hacer que abandonen los abordajes de psicoterapia que se les proponga.
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¿Cuál es el impacto de la psicopatía en la sociedad?
Se describe que la psicopatía tiene un alto coste a la sociedad en su totalidad, y lógicamente a individuos en particular.
Las personas con psicopatía comenten el doble (o más del doble) de acciones criminales en total que otro tipo de delincuentes, y representan el 25% de la población reclusa. Asimismo, suelen cometer nuevos crímenes tras su liberación de presidio.
Las personas con psicopatía tienden a consumir sustancias ilegales y alcohol con mayor frecuencia, y ya hemos mencionado que no responden bien a las estrategias terapéuticas convencionales.
Pero, pensemos que la realidad es mucho más sutil que lo que observamos en el mundo de la delincuencia más sórdida. Contrariamente a lo que podemos ver en películas o series televisivas, psicopatía no es sinónimo de violencia. Veamos:
- Es cierto que los individuos con psicopatía son más propensos a cometer crímenes violentos que los que no tienen esta patología.
- Pero el comportamiento violento no es requerimiento para el diagnóstico.
Esto enlaza con lo ya comentado en otras de las cuestiones planteadas. Las características clave de la psicopatía (audacia, falta de empatía, desinhibición y mezquindad) están presentes en individuos que tienen comportamientos impulsivos o arriesgados, que se aprovechan de otros y que muestran muy poca preocupación por las consecuencias de sus acciones. Esas características pueden ser observadas en políticos, ejecutivos de empresa y financieros.
Veámoslo desde una perspectiva estadística y dimensional. Cabe suponer que las características clínicas que hemos definido (bueno, que define el DSM-5 y han descrito los estudiosos del tema) aparezcan en la población general según una curva de distribución normal[1], con sujetos que presentan versiones atenuadas o subclínicas de cada trastorno. Así, se estima que el 50% de las personalidades antisociales consigue un significativo éxito social y que su presencia no es detectada por el sistema legal ni por el sistema de detección psiquiátrica.
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¿Cómo puede la sociedad en general aumentar la conciencia sobre la psicopatía y reducir la estigmatización?
La pregunta tiene dos partes:
1.¿Como aumentar la conciencia sobre la psicopatía?
Solo se me ocurre con la información, pero información veraz y contrastada, no información debida a noticias sensacionalistas, y mucho menos a elementos de ficción, que en ocasiones pueden presentar al psicópata o sociópata como un personaje interesante, culto y exitoso.
2.¿Cómo reducir la estigmatización de la psicopatía?
Realmente, ¿hay que reducir la estigmatización? Pensemos que estamos hablando de un trastorno que conlleva un peligro social, en palabras del psiquiatra Robert Hare “un depredador de su propia especie”.
El debate sobre la voluntariedad, comprensión e irreductibilidad de los actos de un psicópata es un debate propio de la Psicología Forense.
Por otra parte, de la misma manera que la inteligencia tiene factores, la maldad humana (definida por un estudioso[2] como factor D) también se relacionó con nueve rasgos a saber:
- Egoísmo. Entendido como la preocupación excesiva por los propios intereses.
- El maquiavelismo. Define a la persona con comportamientos manipulativos, frialdad emocional y mentalidad estratégica en busca de intereses propios.
- Ausencia de ética y sentido moral.
- Narcisismo. Hace referencia a la admiración excesiva por la propia persona y búsqueda continuada del propio beneficio.
- Derecho psicológico. Hace referencia a la convicción por la cual una persona se siente merecedora de más derechos y concesiones que los demás.
- Psicopatía. Déficit afectivo, baja empatía, insensibilidad, tendencia a la mentira, impulsividad.
- Sadismo. Comportamientos donde no se duda en infligir dolor a los demás mediante cualquier tipo de agresión, ya sea sexual o psicológico. Estos actos, además, les genera placer y sensación de dominio.
- Interés social y material. Búsqueda constante de ganancias, ya sean refuerzos sociales, objetos materiales, reconocimiento, éxito…
- Malevolencia. Preferencia por hacer el mal, ya sea mediante la agresión, el abuso, el robo, la humillación…
Veamos, este es un constructo teórico sobre la maldad. Vemos que la psicopatía es un rasgo, pero si leemos cuidadosamente el resto, están fuertemente correlacionados con lo definido clásicamente como personalidad psicopática.
Por tanto revierto la pregunta ¿es adaptativo para la sociedad “entender” al psicópata y por ello no estigmatizarlo?
[1] La distribución normal (o campana de Gauss) es una distribución de probabilidad de variable continua que describe los datos que se agrupan en torno a un valor central. Todo proceso en el que solo existan causas aleatorias de variación sigue una ley de distribución normal.
[2] Morten Moshagen de la Universidad de Ulm