Un poco de historia antigua y reciente:
La mayoría de los trastornos médicos tienen características físicas bien definidas que se observan en tejidos, órganos y fluidos corporales. Los trastornos psiquiátricos, por el contrario, no están definidos por datos objetivos físicos, analíticos o de exploraciones complementarias, sino por la conducta y la observación.
Los que tenemos una cierta edad en esto de la psiquiatría, recordamos las clases de historia de los conceptos, que ahora creo que han venido a sustituirse por el dogma de los criterios diagnósticos de la APA (especialmente el exhaustivo DSM.5 atiborrado de trastornos en esta su quinta versión).
Pues bien, en “ese universo lejano” de la formación de la especialidad (estoy hablando de la residencia entre los años 1983 y 1986), nos hablaron del concepto de Psicosis única.
El principal defensor de dicho concepto fue el psiquiatra belga Joseph Guislain (1797-1860), jefe del hospital psiquiátrico de Gante. Guislain fue uno de los pioneros en estipular que el manejo de los pacientes psiquiátricos debía hacerse de forma digna y terapéuticamente justificada y en 1859 introdujo las bases de la ley de atención psiquiátrica que regirían en Bélgica hasta finales del siglo XX.
Sin embargo, Guislain es mas conocido por su obra teórica. En 1833 publicó su Traité sur les phénopaties, en la que propuso una nueva forma de clasificación psiquiátrica, a argumentar que las enfermedades mentales podían tomar muchas formas pero que todas se derivaban del mismo proceso único de enfermedad. Esta doctrina de la psicosis única fue muy influyente en la psiquiatría alemana en la primera mitad del siglo XIX:
- Albrecht von Zeller (1804-1877) de Württemberg. Su adopción del concepto de locura unitaria se basaba en su creencia en la unidad del alma o carácter humano y en que el hombre estaba compuesto de elementos materiales y espirituales, y por tanto las causas orgánicas y morales (psicológicas) se combinaban para producir la enfermedad mental. Así, los factores somáticos y morales y el dolor que acompaña al último se combinaron para producir las cuatro etapas de una enfermedad universal: la melancolía (la forma fundamental de trastorno mental que condujo a las otras etapas), la manía, la paranoia y finalmente, la demencia.
- Wilhelm Griesinger (1817-1868), que trabajó durante unos años con el anterior. No obstante, no compartía con Zeller la convicción de éste con respecto a la naturaleza del alma y su papel en la locura, ya que era un somatista convencido y se le considera uno de los fundadores de la psiquiatría materialista. Para Griesinger las enfermedades mentales ocurrían cuando “el sistema de acción refleja psíquica” no funcionaba correctamente y disminuía, lo que conducía a la melancolía, que era la primera fase de todo trastorno psíquico. Luego podría pasar a la manía antes de finalizar en la demencia.
- Heinrich Neumann (1814-1888) director médico del pabellón psiquiátrico del hospital de Breslau, una ciudad universitaria que está situada en la actual Polonia. Neumann afirmaba que:
«solo hay un tipo de trastorno mental. Lo llamamos locura (Irresein). La locura no posee formas diferentes sino diferentes etapas: se les llama demencia (Wahnsinn), confusión (Verwirrheit) y demencia (Blödsinn)”
Neumann además superó la posición de los adeptos anteriores del concepto unitario proponiendo no simplemente un continuo entre las enfermedades, sino también entre la enfermedad y la salud, argumentando que muchos síntomas (insomnio, ilusiones, sensibilidad exagerada) son la causa de enfermedad, luego locura, más tarde confusión y demencia. Al mecanismo subyacente que proponía le denominaba “metamorfosis” y se refería a una perturbación en la conciencia que conducía a errores en la interpretación de los sentidos.
El concepto de psicosis unitaria fue muy criticado a partir de la década de 1860, tanto por la obra del también alemán Kahlbaum (1829-1899) de gran importancia en el desarrollo de la nosología moderna, como por el trabajo de Emil Kraepelin (1856-1926), cuyo enfoque para la clasificación de las enfermedades mentales estuvo basado de una forma científica en estudios longitudinales de síntomas curso y resultado. Con ellos concluyó que solo había dos formas de enfermedad mental grave: la demencia precoz (actual esquizofrenia) y la depresión maníaca (trastorno bipolar).
Un nuevo soporte a esta teoría unitaria ha venido determinado por el norteamericano Herbert Y. Meltzer de Chicago que, en el año 2000, señaló factores genéticos comunes entre la esquizofrenia y el trastorno bipolar.
Pues como parece que la tierra gira y vuelven antiguas teorías, un estudio reciente realizada en la Universidad de California (UCLA) publicado en Science a principios de febrero, ha descubierto que el autismo, la esquizofrenia y el trastorno bipolar comparten algunas características comunes físicas, a nivel molecular en patrones de expresión genética cerebral, aunque también se describieron diferencias importantes en los mismos.
Hay que recordar que ciertas variaciones en el material genético pueden indicar una vulnerabilidad para sufrir determinadas enfermedades psíquicas, pero no solo es el ADN el que explica la historia. Cada una de las células de nuestro cuerpo contiene el mismo ADN, pero las moléculas de ARN (que traducen y forman las proteínas) juega un notable papel en la expresión genética al “leer” las instrucciones del ADN.
Los autores del estudio razonaron que la observación del ARN en el tejido cerebral humano podría proporcional un perfil molecular de los diferentes trastornos psiquiátricos y así lo hicieron:
- Se analizó el ARN de 700 muestras postmorten de tejido cerebral de personas que habían sufrido de autismo, esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión mayor y trastorno por abuso de alcohol, y las compararon con muestras de cerebros sin trastornos psiquiátricos, 293 controles sanos y un nuevo control con 197 pacientes que habían sufrido una enfermedad inflamatoria intestinal. Este nuevo control se realizaba para excluir la afectación que podría padecer el cerebro en procesos generales de enfermedad.
- Dicho análisis reveló que ciertas enfermedades psiquiátricas son mas parecidas biológicamente que lo que indican sus síntomas característicos. Por ejemplo, el trastorno bipolar se considera un trastorno del estado de ánimo, lo que cabría suponer que biológicamente es mas parecida a la depresión que a otra enfermedad. Pues los datos genómicos de este estudio contradicen esta idea: el trastorno bipolar se superpone mas a la actividad genética cortical de la esquizofrenia.
- Así mismo, en contra de muchos estudios de epidemiología, los autores de este trabajo no hallaron patrones de actividad genética similar entre el alcoholismo y las otras cuatro entidades clínicas.
- Así mismo se encontró que muchos genes en la corteza cerebral eran activos tanto para la esquizofrenia como para el autismo, siendo incluso mucho más incisivos en el caso del autismo. Sugieren si la hiperexpresión genética podría desempeñar un papel en la aparición de los síntomas del autismo.
- Tanto en el autismo, como en la esquizofrenia y en el trastorno bipolar, se producía un cambio en la comunicación de las células cerebrales.
Desde luego la psiquiatría ha recorrido un largo y rápido camino desde la observación decimonónica (valiosísima por ser sistemática, precisa y cuidadosa) hasta la genética molecular, que va intentando desentrañar cómo funciona el complejo mecanismo que es nuestro cerebro y sus particulares formas de enfermar.