La relación recíproca entre cine y psicoanálisis se mantiene en la actualidad. Ambos fenómenos vieron la luz a finales del siglo XIX, y aunque como ya he mencionado en una entrada anterior, el Dr. Freud era escéptico respecto a su significado para la disciplina, hecho que quedó reflejado en su correspondencia con el Dr. Sándor Ferenczi psicoanalista húngaro al que el maestro apreciaba enormemente. Freud se negó a vincularse con alguna filmación, ya que creía que no existía una posibilidad respetable de mostrar de forma plástica las abstracciones de su teoría.
Sin embargo, a la inversa la teoría psicoanalítica –más o menos rigurosa- ha sido una fuente casi inagotable para los guionistas de cine. Por tanto veremos el perfil de los psicoanalistas de película (al menos de los que recuerdo).
Dr. Orth de Misterios de un alma (1926) de George Wilhelm Pabst.
Este film es una película alemana muda, que se inspiró en un caso verdadero atendido por Freud. El paciente, Martin Fellman presenta una serie de fobias y temores cuyo médico el Dr. Orth trata mediante sesiones en las que el paciente explica sus sueños sin omitir detalles aunque sean perturbadores. Mediante un lenguaje simbólico el psicoanalista logra interpretar y llegar a la raíz del tema.
El Dr. Orth fue interpretado por el actor Pavel Pavlov (que ironía).
Dra. Constance Petersen de Recuerda (1945) de Alfred Hitchcock.
La Dra. Petersen, interpretada por Ingrid Bergman, es psicoanalista en una clínica psiquiátrica terapéutica de Vermont, donde ejerce junto a varios colegas… La llegada de un nuevo director de la clínica será el punto de partida a esta historia de enigmas, psicoanálisis y surrealismo, dado que la película contiene una famosísima secuencia en la que asistimos a los sueños del protagonista, ilustrados por Salvador Dalí.
Además de la Dra. Petersen en esta película conoceremos a otros psiquiatras: el Dr. Murchinson (el villano), al Dr. Edwards (en su falsa identidad) y al Dr. Alexander Brulov, mentor de la Dra. Petersen.
A la Dra. Petersen le dio vida la inolvidable Ingrid Bergman. De Hitchcock y sus películas psicoanalíticas volveré más tarde.
Dr. Isaac Barr de Análisis Final (1992) de Phil Joanou.
El Dr. Barr (el actor Richard Gere) encarna a un psicoanalista atractivo pero bastante vulnerable, que fascinado por dos atractivas hermanas y pacientes (las bellas Kim Bassinger y Uma Thurman) se ve envuelto en una laberíntica trama criminal.
La película no deja bien parada la pericia del Dr. Isaac Barr, ya que sus supuestas pacientes le engañan con “el sueño de las flores” incluida en la obra La interpretación de los sueños de Sigmund Freud. (Y el psicoanalista ¿no la conocía?).
Esta película tiene un aire de suspense hitchkoniano, lo cual me sirve para volver a este cineasta:
Hitckcock y el psicoanálisis
A comentar que Alfred Hitchcock se nutrió extraordinariamente de aspectos psicológicos que tan bien casaban con el suspense de sus guiones. Podemos enumerar algunas de sus obras en las que se evidencian trastornos psicológicos o conflictos ocultos de la mente:
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Rebeca (1940)
Basada en una novela de éxito de Daphne du Murier, con una trama psicologicista y folletinesca. No aparece la figura de ningún psiquiatra o terapeuta, aunque todos los personajes principales “lo necesitarían urgentemente”:
- la protagonista, persona atrapada por las dudas y con tan baja autoestima que ni siquiera en la película conoceremos su nombre
- el Sr. De Winters, aparentemente traumatizado por la muerte de Rebeca, su primera esposa, y
- el ama de llaves, Sra. Danvers, obsesionada por el recuerdo y la idolatría hacia Rebeca De Winters.
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Recuerda (1945) (A continuación podemos apreciar la famosa escena de la rememoración del sueño, que da título a la película)
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La soga (1948)
Esta es una adaptación de una obra de teatro escrita por Patrick Hamilton en 1929, basada en un caso real.
Dos estudiantes universitarios asesinan a un compañero para mostrar su “superioridad intelectual” en una arbitraria interpretación de las teorías de Nietzsche sobre el superhombre que les explica uno de sus profesores (papel que interpreta James Stewart). Es evidente la psicopatía de ambos jóvenes que no muestran ningún sentimiento, pesar o remordimiento, frente al crimen que han perpretado.
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Extraños en un tren (1951)
Adaptación de la novela homónima de Patricia Highsmith, cuyo interés por los personajes psicopáticos es bien manifiesto.
La historia trata de dos desconocidos que se encuentran en un tren, uno de ellos, Bruno, es un psicópata seductor que sugiere a su compañero de viaje la idea de “intercambiar” asesinatos, es decir matar de forma cruzada a alguien que a cada uno de ellos les molesta, para no ser atrapado.
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Vértigo (1958)
Ya hablé en otra ocasión de esta película, a propósito de la acrofobia. Tampoco aparece ningún psiquiatra, pero el personaje Scottie Ferguson (el actor James Stewart) precisaría uno a marchas forzadas. Primero por el trauma que le produje su padecimiento fóbico y segundo por su obsesión rayando en la necrofilia con respecto al personaje de Madeleine. La novela en la que está basado el guión es de Pierre Boileau.
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Psicosis (1960)
Ríos de tinta real y virtual se han vertido sobre el trasfondo psicológico y psiquiátrico de este film, cuyo origen es una novela de Robert Bloch.
Desde el diagnóstico psiquiátrico que cuadraría con el personaje de Norman Bates, e incluso se le ha dado un sentido freudiano a que el Motel Bates tuviera tres plantas y que cada una de ellas representara el Superyó, el Yo y el inconsciente psicoanalítico.
En la película aparece un psiquiatra, el Dr. Fred Richman (el actor Simon Oakland) que en sede judicial explica las patológicas acciones de Norman.
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Marnie la ladrona (1964)
Sobre otra novela está basado este film, esta vez de Winston Graham. El argumento es “típicamente psicoanalítico”. Una joven hermosa, distante y cleptómana secretaria, Marnie (Tippi Hedren), se casa con uno de sus jefes, el Sr. Rutland (papel encarnado por Sean Connery).
El marido ejercerá un papel de «quasi-psiquiatra», ya que basándose en la teoría freudiana, indagará la fuente del problema psicológico de Marnie, que se refleja en su cleptomanía, en su rechazo sexual y aversión por el contacto físico y su pánico al color rojo.
Hasta aquí los hijos y nietos de Freud cinematográficos que recuerdo… Nos faltan los psiquiatras “perversos”, los “hilarantes” y los “buenoides”.
(Continuará…)