La psiquiatría es una especialidad médica dedicada al estudio del padecimiento psíquico, para prevenir, evaluar, diagnosticar, tratar y rehabilitar a aquellas personas que lo sufren.
La psiquiatría debe adoptar un modelo médico, no reduccionista, considerando los factores biológicos, psicológicos, ambientales y sociales del paciente y como todos estos factores influyen en la presentación, curso y evolución de los trastornos psíquicos. En resumen, todo aquello que afecte al individuo y a su forma de entender y enfrentarse al mundo.
A menudo se tacha a los psiquiatras de simples prescriptores de fármacos. En realidad esto no es así, y aunque es cierto que la psicofarmacología ha experimentado un gran avance desde el último tercio del siglo XX, no es el único recurso terapéutico de que dispone la especialidad.
Por otra parte, y ya desde una perspectiva personal y subjetiva creo que es un privilegio ejercer desde la práctica privada, porque nos proporciona algo que es fundamental para realizar este trabajo: tiempo e independencia.
Tiempo para una escucha atenta y poder establecer una relación personalizada con el paciente. Independencia para poder aconsejar lo que creemos que es mejor para nuestro paciente, sin limitación o imposiciones.
No debemos olvidar que al margen del diagnóstico, la persona a la que tratamos es única, con su biografía, sus vivencias, sus inquietudes, sus problemas, sus anhelos y esperanzas, que precisa una comprensión competente y global de su situación.